jueves, junio 01, 2006

Cuidado con las nuevas corrientes

Hoy estoy molesta, me he topado con más de una conocida que no son mis amigas y que más encima no me agradan, que me llenan de halagos hasta inventados para que yo responda con otros y así encubrir su estúpida inseguridad. “Hola amigui, chiquitita, cómo estai? (muack), que lindos eh… tu… tus… eh… aritos”.

Reconozco que tengo algunos modismos esnobistas, pero también debo reconocer que los odio, a veces me brotan espontáneamente, talvez impulsada por una oscura corriente. Pero ahí van otra vez, usando frasecitas siúticas.

Para mi ya no más.

Sin embargo, ojo, que son palabras que dan resultado en el receptor, se sabe conciente o inconcientemente que el efecto será positivo -en el mal sentido de la palabra- y la mayoría de la veces el receptor que cae es mujer (si cae un hombre es porque tiene su lado femenino bastante desarrollado). Términos simplistas y clichés que manipulan y causan el efecto esperado, ninguna mujer se puede resistir a ellos, como el “¿hola mi niña?”, “¿hola chiquitita?” (asi tal cual, en tono de pregunta), "amiga", “gorda”, "chancha",“amorosa”, “top”, “negrita”, "brujita" el etcétera corre quizás hasta cuánta palabra que se inventará en el futuro. Debo agregar que cuando usan diminutivos de diminutivos es doblemente fastidioso, “chiky”, “gordy”, “amorosy”, “topy”, "amigui", "bruji", “negry”, "chanchi", “perry”, en fin, ahí están todos esos calificativos lisonjeros que bajan las defensas y deja al otro (a la otra) en un merrindoatusencantosdeamigui, pero hay que tener presente que es ahí donde abunda el individualismo y la afectación.

¿Cómo no verse envuelta en un dialecto tan pegote? ¿Qué clase de siniestro demonio ronda en las cabezas femeninas que nos invita al cinismo y zalamería?

Para que los hombres entiendan, debe ser parecido a lo que sienten cuando un desconocido o alguien a quien están recién conociendo les dice “compadre esto, compadre aquello”, considerando que compadre es mil grados menos tedioso.

Como sea, si no las usas estás out, no pertenecerás a ningún círculo, porque en todas partes y en todo tipo de mujeres los he escuchado; pero hay que tener cuidado, pueden ser traiciones demoníacas.

He sido solidaria al advertir a mis congéneres que no necesariamente la que te trata con palabritas empalagosas te estima, así es que huye y grita a quien las usa contigo “¡FUERA DEMONIO!”. Obviamente no te querrán porque no caíste en su falso encanto, pero has rechazado un acto de cinismo y rivalidad hacia tu persona. Hazme caso, es una corriente peligrosa y que va en aumento.



¡A LA CARGA DIRIGENTES!




Dejo de lado esa molestia para pasar a una satisfacción. Me siento complacida al ver a los estudiantes secundarios movilizados por una causa tan latente desde hace muchos años y que ningún profesor ni autoridad de ninguna parte, ha podido cambiar.

Ya llevo unos años estudiando pedagogía y desde que entré, profesores nos han hablado de la famosa brecha que separa segmentos de educación, que hay un problema y nunca se hizo nada, o bien, se intentó, pero nadie escuchaba porque se sabe que es algo muy profundo, subestimaban las consecuencias que podía acarrear (al fin estoy hablando en pasado).

Cambiar la LOCE no es cosa fácil para ningún gobierno, por lo tanto se ha evadido el problema dejando el cacho para el gobierno que venga, han hecho oídos sordos ante una situación muy evidente, un grito silencioso. Felizmente ya no más, se dejó oír, los estudiantes se cansaron y comenzaron su llamado de atención, y de paso, han cambiado radicalmente la visión general de adultos que los miraban con desdén sacándosela siempre con la odiosa frase que nunca ha tenido sustento “Nooo, si los jóvenes de hoy no están ni ahí”. Ya se ha demostrado que están interesados, que tienen mucho que decir y más aún aportar al sistema tan arrogantemente manejado por adultos. Gracias a estos jóvenes, sus hijos podrían tener de una vez por todas la educación de calidad que nosotros nunca tuvimos. Bien por ellos y bien por su paro, muchos se lo merecen.

Claro también están los que buscan pantalla. Restos del herido han servido de alimento para carroña. He oído en la prensa a los que nunca hablaron, los que no aportaron, que ahora buscan foco. Me refiero a la derecha, cuan lumpen aprovechándose del conflicto, aparecen tirando proyectiles al gobierno, cuando ellos mismos ampararon cuanta ley arbitraria surgió del gobierno ‘fucking’ militar.

¡Ah!, de paso doy felicitaciones al dirigente Cesar Valenzuela, quien ha superado con creces mi admiración a los líderes emergentes.

¿Qué reflexión transversal se me viene a la cabeza? Que nuevamente las leyes se cumplen, pero no hablo de leyes mundanas, sino de las universales, la ley de causa-efecto (o acción-reacción) y como es arriba es abajo. Otra vez la soberbia sucumbe y se impone el “débil”. Buen dicho aquel de que todo cae por su propio peso. Lo he vivido en todo orden y grado de cosas, a nivel personal, nacional y a nivel mundial.

Lo que lamento es que –tal como nos ha enseñado la historia del hombre, como la caída de los imperios de turno y la misma Biblia en muchos parajes como la torre de Babel y la muerte de Jesús- heridos habrán y muchos de ellos inocentes que pagarán para salvar a otros. ¿Qué hacer?, prevenir y actuar a tiempo, dejar de lado el orgullo y la soberbia antes que la rabia brote.