jueves, octubre 30, 2008

Una Experiencia con Shelob, La Araña Trepadora

(Inspirada en El Señor de los Anillos, Las Dos Torres de J. R. R. Tolkien)

Shelob es una araña grande, devoradora. Antes de darse un banquete, adormece a sus presas con su veneno, los ata con su telaraña y los deja cerca de su guarida para dejar reservas de alimento. Sus presas vivas las deja muy bien atadas por un tiempo, colgando del techo de la cueva y una vez que reaccionan al veneno se ven atrapadas e inmóviles, sin posibilidad de escapar. Cada vez que para ella es apropiado, sigilosa se acerca y los devora de una sola mordida.

Como buena avara, es muy precavida, posee en su cueva una especie de alacena donde almacena su alimento. Muchos se pierden, ya que han muerto por inanición y/o ahogo, lo que no tiene importancia para ella pues el nivel de abastecimiento que posee supera al de cualquiera de su especie. Pero en el fondo, Shelob sabe que está sola, sabe que sólo depende de su habilidad de saber usar su veneno para vivir. No busca a sus presas, sólo espera la oportunidad de que alguna se cruce en su camino. Lamentablemente, su cueva se ubica en un sector que es paso obligado para llegar a Mordor.

Shelob es una araña tan segura de su capacidad de atraer, atrapar y almacenar sus presas, (para que nunca le falte nada) que le resulta inconcebible siquiera la posibilidad de perder su alimento y si bien este le sobra, existe uno especial, el más robusto de todos, sobre el que concentra gran parte de su obsesión. Cada cierto tiempo Shelob le arrancaba alguna extremidad. Al pobre lo había despojado, en un principio, de sus dedos y luego de las dos manos, lo peor era que él seguía vivo soportando el dolor y el vejamen.

Un día, Shelob quiso extraer otra parte del cuerpo de su presa, estaba desatando la telaraña, cuando sintió la presencia de otro humano transitando por territorio, ella dejó de lado lo que estaba haciendo y corrió para lo que sería su nuevo trofeo. Shelob había soltado más de la cuenta a su presa especial, hasta que ésta cedió y cayó, a Shelob no le preocupó realmente, su seguridad se lo impedía, además su presa estaba muy débil como para poder escapar, su ansiedad fue más fuerte y fue en busca del nuevo morador.

El hombre, quien era su principal sustento, a pesar de que se había rendido a su suerte hacía ya un tiempo, vio la oportunidad, reunió fuerzas y logró escapar. Shelob no se dio cuenta, estaba muy entretenida con su apetitosa nueva adquisición. Estaba feliz, la caza estaba buena, ¡ahora poseía dos presas especiales para almacenar y aprovechar a su antojo! Decidió entonces, que lo mejor era juntarlas para contemplar cómodamente sus trofeos, pero al llegar a su cueva Shelob dio un estruendoso chillido ¡había perdido parte de su colección, han vulnerado su poder! Ha perdido su valioso alimento, aquel que creía tan seguro. Se sentía violada e indignada repetía: “¡uno menos!,¡uno menos! ¡No puede ser, es imposible! Pasaron unos segundos y se dijo: “No importa, se fue, pero no sobrevivirá” y eso la confortó.

Con la desagradable experiencia anterior, Shelob se habituó a hacer mantención a su telaraña y aguijón para perfeccionar su labor. Al cabo de unos días el abandono de su presa perdió importancia, el flujo de humanos parecía bueno y estaba segura que atraparía otro espécimen... y así fue.

Lejos de allí, su ex presa, ya en libertad, avanzaba a duras penas, no lograba ver bien, no se acostumbraba a la luz, aunque el aire fresco lo aliviaba sobremanera. Sobre su cuerpo, el peso de reiteradas torturas, agotamiento, hambre y dolor, parecían comenzar a desvanecer, y a pesar de encontrarse en medio de la nada y casi inconsciente; se veía complacido, había logrado escapar de las fuertes patas de Shelob.

Por otra parte, Shelob, de vez en cuando sentía mucha rabia por la pérdida de una de sus presas de colección, para ella todas eran obsesivamente útiles, especialmente la que había escapado. Shelob se autoconsolaba pensando que al menos le había quitado sus dos manos, pero había ocasiones en que se descontrolaba y chillaba. Estos chillidos llegaban al oído del prófugo, quien al oírla recordaba que ella podía tener todavía sus manos, las que tanto anhelaba recuperar.

Tendido al sol sobre un agradable pasto y con sus ojos cerrados, de pronto percibió un aire fresco y exquisito, sentía una nueva presencia, era una mujer, ella le dio de beber y alivió sus heridas, lo llevó con ella, lo acogió y lo amó. El hombre aún conmovido por tan traumática experiencia con Shelob, no consideró ni dimensionó lo que aquella mujer había hecho por él, enceguecido y obsesionado por recuperar sus manos, un día se marchó y la mujer angustiada sufrió el dolor que produce una gran pérdida.

A pesar del riesgo, el hombre volvió a la cueva de Shelob, se encontraron, ella desconcertada, él dispuesto a recuperar sus manos. Ella, con su astucia, lo engañó, le dijo que podía recuperar sus manos si permanecía en la cueva, él aceptó con la condición que no volviera a atraparlo. Al poco tiempo, al no ver sus manos en ningún momento, sintiéndose desgraciado por transar una buena vida sólo por ellas, se lamentó en haber confiado en una araña que él bien conocía, al verse traicionado y en la desesperación por regresar con la mujer que lo amó, se las exigió, pero Shelob se rehusó e intento envenenarlo con su aguijón. El hombre muy arrepentido de su error, nuevamente escapó y fue en busca de su amada. ¡Qué mal se sentía!, “¡Que tonto fui!” –pensaba- y sólo por un par de manos que ya tenía perdidas.

Volvió donde aquella mujer, ella muy feliz lo recibió, fueron muy felices por un tiempo, pero ella ignoraba que él no superaba del todo el hecho de no tener sus manos con él y que algunas noches solía rondar la cueva de Shelob con la falsa esperanza de recuperarlas. Hasta que una noche, en un descuido de él, fuera de la cueva, Shelob lo atrapó.

Hay quienes dicen haberlo visto en diferentes lugares después de esa noche, pero la leyenda asegura que él, en su confusión e inseguridad, no fue capaz de huir otra vez y murió devorado por ella, dolorosa y lentamente.


Nota: Esta historia fue creada hace un año, por lo tanto publicada un año después sin ninguna modificación... si esta historia se hubiese creado hoy con mi nueva perspectiva, podríamos encontrarano con otro final.