Ya tenemos heredero, el nuevo habitante de este planeta tendrá por nombre Tomás Enrique, suena a nombre de persona seria y ¿por qué no? Importante. Que así sea, como su padre y su madre :P
En estos 7 y algo meses de pre nato ha mostrado su discreción, siento sus suaves movimientos, tal vez porque no quiere molestar a mamá, lo que está empezando a agradarme.
Su desarrollo ha avanzado en plena normalidad, con muchas dudas y preocupaciones normales de una madre novata, sin grandes sobresaltos externos… excepto cuando el cachorro de la casa saluda a sus amos tirándoseles encima, tipo Dino (debimos llamarlo así). Siempre me pilla distraída, se tira a mi vientre con toda su fuerza con ánimo de hacernos gracias. Es ahí cuando se acaba lo de gestación plena… “Balú!! Noooo!! A la guata noooo!!...” Fuá!!, ahí está Balú con sus patas sucias y pesadas sobre mí… en fin, es parte de tener una familia, Balú es parte de ella, habrá que aceptarlo. A pesar de la brusquedad del perrito de la casa, el futuro integrante crece con normalidad, según la experticia del médico.
Sólo el recibimiento de “Fifí” es alborotado… ya que apenas escucho un “miau” en la misma ventana de siempre, es anuncio de la calma… es nuestra gatita Catalina, que apenas llegamos quiere compartir con su familia dentro de la casa. Una vez dentro, con la gatita restregándome las piernas descansamos con bebé, se sube en mi regazo y le ronronea a Tomás; veo como bebé hace mover a la gatita, a ella parece no importarle y sigue en su siesta.
Aquí, en plena crisis estudiantil a 30 semanas y días. Estamos amándonos como nunca con el padre, esperando ansiosos nuestro encuentro con Tomás.
En estos 7 y algo meses de pre nato ha mostrado su discreción, siento sus suaves movimientos, tal vez porque no quiere molestar a mamá, lo que está empezando a agradarme.
Su desarrollo ha avanzado en plena normalidad, con muchas dudas y preocupaciones normales de una madre novata, sin grandes sobresaltos externos… excepto cuando el cachorro de la casa saluda a sus amos tirándoseles encima, tipo Dino (debimos llamarlo así). Siempre me pilla distraída, se tira a mi vientre con toda su fuerza con ánimo de hacernos gracias. Es ahí cuando se acaba lo de gestación plena… “Balú!! Noooo!! A la guata noooo!!...” Fuá!!, ahí está Balú con sus patas sucias y pesadas sobre mí… en fin, es parte de tener una familia, Balú es parte de ella, habrá que aceptarlo. A pesar de la brusquedad del perrito de la casa, el futuro integrante crece con normalidad, según la experticia del médico.
Sólo el recibimiento de “Fifí” es alborotado… ya que apenas escucho un “miau” en la misma ventana de siempre, es anuncio de la calma… es nuestra gatita Catalina, que apenas llegamos quiere compartir con su familia dentro de la casa. Una vez dentro, con la gatita restregándome las piernas descansamos con bebé, se sube en mi regazo y le ronronea a Tomás; veo como bebé hace mover a la gatita, a ella parece no importarle y sigue en su siesta.
Aquí, en plena crisis estudiantil a 30 semanas y días. Estamos amándonos como nunca con el padre, esperando ansiosos nuestro encuentro con Tomás.