¿Cuándo la culpa cobra vida?
Muerte llegaste apresurada a alimentar esta culpa durmiente.
Tuve el tiempo y no fue suficiente.
Tuve el lugar y no estaba allí.
Tuve la disposición y no la usé.
Tuve la energía y la contuve.
La tuve a ella, la tuve íntegra frente a mí y no hubo
tiempo, lugar, disposición ni energía en mi realidad. Sólo era yo un ser inerte
frente a su existencia. Así, tan indolente, tan absurda, tan ignorante de aquella
última oportunidad de tenerla.
¡Que hermosa relación la nuestra! de aquellas ideales, usted
perfecta, incondicional y latente. Yo su receptora ¡cuánto amor eterno! siempre
superándome en todo, majestuosidad difícil de alcanzar. Solo confiaba, creía ingenuamente
en su inmortalidad. Ciega de la seguridad que sentía sin presentir siquiera la
fragilidad de su presencia y de aquel instante que pendía de un hilo… yo inerte.
Tan mía… mi vida, mi amor, mi alegría, mi estabilidad, mi
paz y mi fortaleza , ahora desmoronada como arena, no logro armarla… nunca lo
lograré. Estoy sin fuerza viendo aquel montículo amorfo que escurre entre mis
fracturados dedos.
Esta vida, esta existencia es tan corta y usted tan eterna,
tan superior, tan inalcanzable.
La visito en sueños, a diario la busco y la anhelo ¿por qué rehúye?
No quiero perderla nunca, nunca más ¿Es que aún no es el momento? ¿Cuándo
tendré su iluminada vida en mis sueños? ¿Cuándo me enfrentará? ¿Cuándo la podré
abrazar y pedirle que me perdone no haber llegado a su nivel, por no poder ser
tan bella como usted? ¿Cuándo podré agradecer tanto regocijo, su paciencia, su
vida para y por mí, por haberme recibido, por su ser, por su acogida y amor de
toda mi vida?
Tengo sus señales, sé que aún está ahí para mí y que se
sigue esforzando por nosotros sus infinitos amores.
Mi rayito de sol…
Mis gotitas de lluvia…
Mi música…
Mi mariposa anaranjada…
Sus mensajes los acojo y los retengo para siempre, son mi
energía para continuar su legado. No seré más una ignorante, ciega, indolente,
absurda ni inerte, usted me enseñó a vivir y vivir para amar. Lo hago, lo haré,
este no es nuestro fin, es nuestro nuevo comienzo y como le dije, me ha vuelto
a dar a luz.
Acá estoy mamita, poseída por usted. Mi dulce y siempre
amada, Betty.