martes, agosto 11, 2015

¿Cuándo la culpa cobra vida?
Muerte llegaste apresurada a alimentar esta culpa durmiente.
Tuve el tiempo y no fue suficiente.
Tuve el lugar y no estaba allí.
Tuve la disposición y no la usé.
Tuve la energía y la contuve.
La tuve a ella, la tuve íntegra frente a mí y no hubo tiempo, lugar, disposición ni energía en mi realidad. Sólo era yo un ser inerte frente a su existencia. Así, tan indolente, tan absurda, tan ignorante de aquella última oportunidad de tenerla.
¡Que hermosa relación la nuestra! de aquellas ideales, usted perfecta, incondicional y latente. Yo su receptora ¡cuánto amor eterno! siempre superándome en todo, majestuosidad difícil de alcanzar. Solo confiaba, creía ingenuamente en su inmortalidad. Ciega de la seguridad que sentía sin presentir siquiera la fragilidad de su presencia y de aquel instante que pendía de un hilo… yo inerte.
Tan mía… mi vida, mi amor, mi alegría, mi estabilidad, mi paz y mi fortaleza , ahora desmoronada como arena, no logro armarla… nunca lo lograré. Estoy sin fuerza viendo aquel montículo amorfo que escurre entre mis fracturados dedos.
Esta vida, esta existencia es tan corta y usted tan eterna, tan superior, tan inalcanzable.
La visito en sueños, a diario la busco y la anhelo ¿por qué rehúye? No quiero perderla nunca, nunca más ¿Es que aún no es el momento? ¿Cuándo tendré su iluminada vida en mis sueños? ¿Cuándo me enfrentará? ¿Cuándo la podré abrazar y pedirle que me perdone no haber llegado a su nivel, por no poder ser tan bella como usted? ¿Cuándo podré agradecer tanto regocijo, su paciencia, su vida para y por mí, por haberme recibido, por su ser, por su acogida y amor de toda mi vida?
Tengo sus señales, sé que aún está ahí para mí y que se sigue esforzando por nosotros sus infinitos amores.
Mi rayito de sol…
Mis gotitas de lluvia…
Mi música…
Mi mariposa anaranjada…
Sus mensajes los acojo y los retengo para siempre, son mi energía para continuar su legado. No seré más una ignorante, ciega, indolente, absurda ni inerte, usted me enseñó a vivir y vivir para amar. Lo hago, lo haré, este no es nuestro fin, es nuestro nuevo comienzo y como le dije, me ha vuelto a dar a luz.
Acá estoy mamita, poseída por usted. Mi dulce y siempre amada, Betty.